Explorar la creación de la mano del Señor es invertir en el talento de la inteligencia.

Sométanlo todo a prueba, aférrense a lo bueno,  eviten toda clase de mal. Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser —espíritu, alma y cuerpo— irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 1 Tesalonicenses 5:21-23.